Siguiendo con la serie mis mejores hoyos, viajamos esta vez al Parque Natural de la Albufera. Darse un paseo en barca por La Albufera es algo que nadie que visite Valencia debería perderse. Pocas experiencias pueden compararse a dejarte deslizar por la laguna, mientras disfrutas de las lizas saltando al lado de la barca o de la silueta de la garza real dibujada en el horizonte. Unos metros más allá se encuentra la impresionante Dehesa del Saler, la flecha litoral que ocasionó el cierre de la Albufera, con sus lentiscos y sus pinos carrascos.
Allí en pleno corazón de la dehesa, con la Albufera a un costado y el Mediterraneo en el otro, se ubican los 18 hoyos de uno de los mejores campos de golf de europa. El noveno según la revista Golf World. El gran diseñador Javier Arana concibió un recorrido que desde el hoyo 1 al 18 deja poco margen a los errores. Es un campo "sin agua", pero sus 6.335 metros, sus 95 bunkers, sus pinos carrascos, y su temible "uña de gato" te hacen sufrir si pretendes conseguir una buena tarjeta.
Cada uno de sus 18 hoyos tiene su aquel, el 3 y su salida entre "obstáculos", el 6 y su segundo golpe ciego (al menos para los malos)... el traicionero 8, el interminable 15.
Pero la joya de la corona es el hoyo final. Subirte al tee del 18 tras toda la pelea anterior, es ya todo un premio. Desde esa atalaya podrás divisar una salida complicada pero una calle franca hasta la última bandera, también verás el maravilloso Parador Natural de El Saler al fondo y sobre todo las dunas que se acercan desde la playa y el mar mediterraneo en toda su amplitud a la derecha.
Pero la joya de la corona es el hoyo final. Subirte al tee del 18 tras toda la pelea anterior, es ya todo un premio. Desde esa atalaya podrás divisar una salida complicada pero una calle franca hasta la última bandera, también verás el maravilloso Parador Natural de El Saler al fondo y sobre todo las dunas que se acercan desde la playa y el mar mediterraneo en toda su amplitud a la derecha.
Pero no todo es mirar al mar, allí tienes tu bola en el tee, 404 metrazos de par 4 y unos cuantos obstáculos hasta llegar a la calle. Una buena salida es medio hoyo, pero el margen es pequeño, si vas a la derecha adiós, pero si te cierras mucho la arenita te espera (cuando no el fuera de límites del campo de prácticas), pero tampoco puedes quedarte corto pues las dunas también acechan. Tras el primer golpe un enorme green aguarda con los brazos abiertos, para darte tu última alegría, o para que rompas definitivamente la tarjeta.
He jugado varias veces este hoyo, y como los otros 17 casi siempre mal. La salida me resulta complicadísima y han sido varias las bolas que se han quedado por allí como testigos de mi paso. Pero todo hay que decirlo, en ese hoyo dí uno de los mejores golpes de mi vida (quizás por eso me gusta tanto). No sé cuantos golpes había dado antes, pero me encontraba un poco más allá del comienzo de la calle y medio recorrido por delante,elegí uno de mis palos favoritos una madera 5 de Boomerang y me preparé a darle un buen zurriagazo. Esa vez el golpe salió perfecto, unos 190 metros y la bola se quedaba "dada", a menos de un metro de bandera! Un buen gusto de boca para acabar y sobre todo la satisfacción de dar la vuelta al partido con mi buen amigo J.R. Perales.
Green y calle del hoyo 18 de El Saler. Al fondo el Mediterraneo. |
2 comentarios:
¡Eres un crack!. No sabía que le dabas al "Palo".
Al Palo sí le doy a la bola solo de vez en cuando. Cuando me preguntan cuales son tus deportes favoritos suelo responder Golf y Escalada. Me parecen los dos mejores deportes del mundo, aunque sean tan sumamente diferentes.
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