viernes, 12 de febrero de 2010

To honour the youth who gave their lives in the struggle for freedom and democracy


Ayer se cumplían 20 años desde la salida de Nelson Mandela de la carcel en 1990. Estuvo preso en las prisiones de Robben Island y de Pollsmoor durante 27 años. Casualmente, o quizás no tanto, se ha estrenado también estos días "Invictus" una película donde se relata como el expreso 46.664, ya convertido en presidente, conseguía a través de un acontecimiento deportivo como el Campeonato del Mundo de Rugby en Sudáfrica, importantes avances en el terreno político y social de su país. Ese acontecimiento supuso un paso decisivo en la unión emocional de los históricamente enfrentados blancos y negros de Sudáfrica, y un hito en la eliminación o al menos la reducción del odio histórico entre ambas razas.

La visión del trailer de la película me ha recordado la final de aquel Mundial de Rugby de 1995 que venció el país anfitrión, Sudáfrica. Fui a ver ese partido al bar Arrieta en Alonsotegi. No lo podía ver en casa porque lo daban por Canal +. Con la gente del bar enfrascada entre partidas de cartas y algún que otro "pote",parece que yo era el único que tenía interés en el encuentro. Posteriormente se apuntó más de uno al espectáculo. No soy demasiado aficionado al Rugby, pero una final de un mundial y la presencia de los All Blacks tenía el atractivo suficiente para hacer un pequeño esfuerzo por verlo. Los de Nueva Zelanda, habían arrasado durante el torneo, por lo que se esperaba que el mítico Jonah Lomu y los suyos aplastaran a los "Springboks" de Sudáfrica. El partido me pareció bastante aburrido, máxime cuando perdió mi equipo favorito. Ahora años más tarde con esta película he descubierto la importancia política que tuvo aquel encuentro.

6 años después de aquel famoso partido, en el año 2001, de camino a mi viaje por Namibia, Botswana y Zimbawe, tuve ocasión de visitar Sudáfrica, y en concreto la ciudad de Johannesburgo.Allí pudimos ver como la población negra, antes recluida en "guettos", dominaba por compleo la ciudad, y como los blancos se iban retirando a zonas exteriores en los suburbios del norte.

Como teníamos algo de tiempo, nos apuntamos a la cita obligada de visitar Soweto, un inmenso territorio lleno de chabolas, lugar de nacimiento de Nelson Mandela y testigo de lo mas duro del Apartheid. La figura de Mandela estaba omnipresente. Allí pudimos ver el mar de chabolas interminable, que componían aquel "guetto" donde se inició la revolución negra del 76, contra del racismo imperante en el país. Para ser sinceros hay que decir que en algunas de las zonas también existían casitas individuales más que dignas, con algunos pequeños lujos.

De todo el recorrido lo más emotivo fue la visita al monumento construido en recuerdo de los muertos por las protestas estudiantiles de 1976(Foto Izda).En aquel levantamiento, hito fundamental del final del apartheid, 10.000 estudiantes protestaban contra la imposición del idioma Afrikáans, la que se entendía como la lengua de los opresores.Pese a ser una protesta pacífica, una brutal represión del gobierno estatal dejaba un saldo de más de 500 muertos.

Allí al lado de la iglesia católica Regina Mundi donde los estudiantes fueron disparados por la policía, se erigía un monumento donde se podía leer: "TO HONOUR THE YOUTH WHO GAVE THEIR LIVES IN THE STRUGGLE FOR FREEDOM AND DEMOCRACY" "Para honrar a los jóvenes que dieron sus vidas en la lucha por la libertad y la democracia."

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