... El bocadillo de ama o la bufanda tejida por amama.
La bota del vecino y el abrazo con el desconocido.
La lluvia racheada, entrando por Ingenieros.
La mujer que de niña soñó con calzar botas y la hija que lo logró.
El último domingo compartido con aita, sin saber que sería el último.
El primer beso íntimo..........rodeado de 47.000 ojos.
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El puro fumado por uno, pero compartido por todos.
El grito desesperado, la emoción desbordada, la lágrima suelta.
Y el placer de los placeres. El éxtasis. El rugido del león.
El “A por ellos” y el “Beste bat” o el “Athleeeeeeeeeeeetic” con bufandas al viento. Los primeros cortos y rotundos. El tercero, arrastrado, con sentimiento, dejándote el alma: feliz.
Así es nuestro Club, de todos y de nadie, singular en filosofía y plural en seguidores. Tan respetado como incomprendido.
Hay equipos que hacen historia, en el Athletic queremos hacer leyenda. Y todo porque, un día, en un acuerdo no escrito, quisimos seguir nuestro camino. Donde otros veían el final, nosotros veíamos principios. Elegimos ser David, cuando todos querían ser Goliat. A la utopía con la épica pasando por Bilbao.
En eso estábamos, y estamos. Un acuerdo que se mantiene,
pese a todo, entre millones de aficionados alejados en lo geográfico, lo político, lo cultural y lo social. Aquel día, elegimos: "vencer menos, para ganar más".
Y entendimos que el Athletic es una cuestión de familia. Lo del fútbol, créeme, es secundario..."
Nota: De autor desconocido, recibido a través del coreo electrónico
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